El Saco del Ogro

                 

                YIHADISTAS EN SIRIA E IRAQ: 

         LA FEROCIDAD DE LA BESTIA

Yihadistas del Estado Islámico 

Como por arte de magia ha desaparecido de mi muro de Facebook la entrada correspondiente al vídeo que mostraba el brutal asesinato de tres camioneros por parte de sicarios del Estado Islámico en tierra siria, por no haber acertado las preguntas que sus matadores les formularon acerca de las oraciones a las que obliga el Corán a sus adeptos. Por eso, he decidido poner en esta entrada de mi blog el enlace que muestra la espantosa escena, así como la explicación de las “piadosas” razones en las que se basaron para cometerlas los asesinos yihadistas, en un acto que muestra cómo el peor oscurantismo medieval rige entre esas pandillas de bárbaros que han asolado siria con el pretexto de derrocar el régimen de Damasco, presidido por Bashar Al-Assad, el feroz enemigo de esa versión radical del islam que hoy ensangrienta también el Iraq “pacificado” que los Estados Unidos y sus aliados han dejado a la deriva tras la retirada de las tropas decretadas por el presidente Barak Obama.

En la escena que podrá verse, capaz de herir la sensibilidad del más pintado, se establece un diálogo por el que los yihadistas intentan averiguar si los camioneros detenidos a punta de fusil ametrallador son fieles practicantes de las oraciones que los musulmanes deben recitar cinco veces al día. Se dirigen a ellos con la palabra “hagi”, fórmula de respeto equivalente a “señor” cuando nos dirigimos a alguien con la mayor cortesía que permite el lenguaje. A continuación preguntan cuántas veces es preceptivo inclinarse durante los rezos. Pero los pobres desgraciados se equivocaron: en el rezo del amanecer los camioneros dijeron que era preciso postrarse cinco veces, cuando el buen musulmán debe saber que son cuatro. Por la noche también es preciso hacerlo el mismo número de veces, es decir, también cuatro, pero ellos dijeron que dos veces. Ahí terminó el juicio y también acabaron sus vidas. Repito que la escena es terrible, así que quien decida verla lo hará bajo su exclusiva responsabilidad.

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Torturados, crucificados y vejados en Raqqa, Siria

La agresión yihadista a Siria dura más de tres años, aunque en las semanas últimas las acciones bélicas se han trasladado a territorio iraquí, donde las hordas criminales de Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado en Mosul “califa Ibrahim”, imponen a horca, cuchillo y crucifixiones su particular interpretación de la “sharía”, la ley islámica en la que se apoyan para cometer los crímenes más execrables, borrar cualquier vestigio cristiano y, de camino, apropiarse de los yacimientos petrolíferos que utilizan para financiar, juntamente con las aportaciones de Qatar, su versión de la guerra santa musulmana. Lo mismo que han venido haciendo en Siria con el apoyo de Estados Unidos, sus aliados árabes y los países de la OTAN, empezando por la Francia socialista de Hollande, continuador de la política de intervención militar que inició en Libia el presidente Sarkozy, después de haber financiado su campaña electoral con las jugosas aportaciones de Muhammad El-Gadafi.

El pastel libio

Cuesta trabajo creer que la versión oficial que sigue prevalecido en Occidente del holocausto sirio sea la que ha venido presentando nuestros medios informativos: que Siria soporta los efectos devastadores de una guerra civil por la conquista de las libertades cívicas, secuestradas por el siniestro régimen de Bashar Al-Assad, que es presentado en los países de mayoría sunita, de la mano de la televisión qatarí Al-Jazira, y en todo los medios informativos occidentales, como una reencarnación de Satán, un cruel déspota que masacra a su pueblo con tal de permanecer en el poder. No menos impresentable es que el Gobierno de España, siguiendo la pauta marcada por Estados Unidos y Francia, reconociera en noviembre de 2012 como únicos representantes del pueblo sirio a los que eufemísticamente han venido siendo llamados “rebeldes” por los medios de comunicación y, desde luego, que ningún representante de cualesquiera de los partidos políticos representados en el Parlamento haya abierto la boca, siquiera sea para preguntar las razones de semejante arbitrariedad.

Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado "Califa Ibrahim",
en la mezquita de Mosul

Las peores previsiones que hice en el primer artículo que dediqué en este blog el día 1º de septiembre de 2012 al conflicto sirio, que titulé ”Siria, la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad”, sobre el que volví a insistir el día 9 del mismo mes con ”Siria: sangre, fuego, mentiras y cintas de vídeo”, se han cumplido con creces. Y no solamente eso, sino que la misma estrategia está siendo aplicada en Ucrania, en donde, cuando estas líneas escribo, empieza a desvelarse la realidad velada tras la sarta de mentiras que han divulgado todos nuestros medios de comunicación, sin esperar confirmación o certeza alguna demostrable, acerca del Boeing 777 malasio que realizaba un vuelo de Amsterdan a Kuala Lumpur, presumiblemente abatido por un misil ¿lanzado desde tierra?, que Obama y los gobernantes ucranianos atribuyeron, con rapidez más que sospechosa, a las milicias que luchan contra el régimen de Kiev, en una acción criminal contra la aviación civil que contaría con la colaboración rusa y la aprobación del presidente Putin.

A las similitudes que observé entre el holocausto sirio y la guerra civil provocada desde el exterior que hoy ensangrienta Ucrania dediqué hace casi seis meses la entrada titulada ”Ucrania por el camino de Siria: informe para ciegos”.

Cualquiera podrá ver que, como en el caso de Siria, también se han visto cumplidas mis peores previsiones del conflicto iniciado en Ucrania con los sucesos de la Plaza Maidan, que culminaron con la masacre del 20 de febrero en Kiev, cuando francotiradores de las milicias neonazis que se adueñaron de la ciudad dejaron medio centenar de muertos sobre el asfalto, que se sumaron a la veintena del día anterior, precipitando el hundimiento del gobierno legítimo de Ucrania, la huida a Rusia del presidente Yanukóvich y la formación de un gobierno provisional apoyado por Estados Unidos y sus socios europeos de la OTAN, afín a sus intereses geoestratégicos.

©  Copyright José Baena Reigal